viernes, 7 de diciembre de 2007

Vaya, vaya con la vesícula...

Bueno, pues me volvió a dar...
Anteayer por la noche me volvió a dar...
A eso de las cuatro de la madrugada me desperté con unos fuertes dolores de estómago. Durante tres horas aguanté y aguanté pensando que se irían pero cada vez eran más fuertes. No me quedó más remedio que llamar a urgencias.
Al cuarto de hora, una chica con chaquetón de estos amarillos y con un pantalón verde y chaquetilla del mismo color hacía su entrada en mi habitación.
Ya sabían de mi problema pues llevo varias visitas con el mismo tema pero no me encuentran nada, y es lo que yo digo:
- No tengo nada pero cada dos por tres tengo un ataque de este tipo que me deja más allá que aquí...¡Algo tendré¡
Bueno, el caso es que como estaba doblado por el dolor, la chica ha mandado una ambulancia para que me llevara al hospital, a urgencias.
Hemos ido mi señora y yo y nada más llegar me han metido con la propia camilla de la ambulancia hasta la camilla donde me han dejado fijo y cual ratón colorado dispuesto a recibir todas las pruebas y experimentos que sean necesarios.
Me los han hecho. Y con todos los anteriores que ya me habían realizado en días anteriores han llegado, ¡¡por fin¡¡ a la verdadera causa de mi problema: ¡¡ Grasa o cristales de grasa alrededor de mi encantadora vesícula biliar ¡¡
Tras estar toda la santa mañana con unas y otras pruebas, con visitas esporádicas del médico de guardia, un chico jóven de unos treinta y tantos años, y con explicaciones cada vez más concretas de todo lo que me habían hecho, de todo lo que me estaban haciendo en el día actual y con todos los resultados contrastados y comentados entre unos médicos y otros, se llegó, como digo, a la verdadera y definitiva causa del problema, causa que ya intuían pero de la que no estabn seguros...¡¡ahora sí¡¡: cristales de grasa o grasa en sí, para entendernos, alrededor de mi encantadora y nunca bien ponderada vesícula.
Una sóla palabra le solté al médico jóven:
- ¿Solución?
- Dos: Si con tratamiento de protectores de estómago y antiinflamatorios de la vesícula y con una dieta nula en grasas conseguimos adormecer esos ataques que te dan, esos cólicos, aguantaremos entonces hasta que te visite el cirujano que es quien en última instancia va a decidir qué hacer contigo. Esa visita al cirujano vamos a intentar que sea con caracter de urgencia, antes de Navidad. Y la segunda solución es que si antes de esa visita te vuelve a repetir un sólo ataque, entonces te cogeremos y te meteremos directamente a quirófano para extirparte esa dichosa vesícula...antes de Navidad, por supuesto.
- Joer, pues me dejas mucho más tranquilo...Resumiendo: que antes de Navidad o sigo bien pero ya con el veredicto del cirujano que casi con total seguridad será quitar la vesícula pero en vista de que voy aguantando lo hará, casi seguro, después de estas fiestas, o me agarráis de las pelotas y me metís en la sala de operaciones...antes de Navidad.
- Exacto. Ese es el tema -el médico, sonriendo y afirmando con la cabeza mientras seguía sentado en el borde la cama en la que en ese momento me encontraba totalmente relajado tras las distintas pruebas y análisis de todo tipo que me habían hecho a lo largo de toda la mañana. El dolor me lo habían quitado, nada más llegar, poniéndome un gotero cuya aguja me habían clavado y sujetado al dorso de la mano.
Después me dijo que me iban a dar de comer para ver cómo toleraba la comida y que si, tras un rato, yo seguía bien, me daría el alta, cosa que ocurrió a eso de las dos de la tarde puesto que la comida, como le dije, la iba a tolerar perfectamente bien.
Me dió unas recetas, unos consejos y mi señora y yo, sin coche, tuvimos que tomar un autobús hasta casa..
Esta noche pasada, cuando me acosté, lo hice con un miedo terrible de que se volvieran a repetir los ataques y tuviera que volver de urgencias al hospital, cosa que me había dicho el médico que, si ocurría, no me lo pensase y fuese directa y rápidamente al hospital.
Pues he dormido como un niño pequeño con los puños apretados. De un tirón, descansando realmente puesto que la noche anterior no pegué ojo y padecí bastante. Me he levantado totalmente repuesto y con algo de esperanzas en el ambiente. A ver si esto dura y puedo llegar con bien hasta el día de la visita del cirujano.
Anoche me llamó mi cria, la pequeña:
- ¿Dónde habéis estado todo el día que no he parado de llamar a casa y no contestáis...?
Le comentamos el caso. Yo la ví preocupada. Preguntaba constantemente que qué problema podría haber, que qué era eso de la vesícula, que qué pasa si te la quitan, que si eso es grave, que qué tipo de mal es ese...
- Tranquila, hija, que no pasa nada, que no es nada...
Yo sé que mi cria, con lo sentida que es y con lo que le afectan estas cosas, no está del todo tranquila. Hasta que no me vea hablar, contar chistes y relatar mis aventuras moteras no se quedará tranquila.
Y hablando de motos: Esta mañana me he ido a dar una vuelta con mi moto. He querido relajarme un poco, abandonar esa tensión de las enfermedades, de los problemas, de las horas y horas dándole vueltas a la cabeza, del qué tendré y del qué será, del me dolerá esta noche o no me dolerá...Volviendo, en un cruce justo en la misma entrada de Mi Localidad, había una buena fila de coches y varios motoristas de la Guardia Civil de Tráfico parando a unos, dejando pasar a otros, algunos de ellos escribiendo...a mí me han dejado pasar sin decirme nada. Justo al coche que llevaba detrás mio he visto cómo le indicaban que se echara a un lado de la carretera...
Feliz Puente de La Constitución.