sábado, 9 de febrero de 2008

Hoy me hacía falta...


¡Joer, joer, joer, joer...¡ Estoy de los "problemas" de la nueva casa hasta kilómetro y medio más arriba de la cabeza, y mido 1,85, que tampoco es moco de pavo.

Cuando no es una cosa, y cuando digo cosa quiero decir PROBLEMA, es otra. Y cuando no es otra, es algo parecido. Y cuando ni es otra ni es algo parecido, es la Madre del Cordero. Y cuando ni es lo mismo, ni distinto ni parecido, ni similar ni igual que la otra vez, es algo nuevo que te acaba de reventar los planteamientos y que te altera la tranquilidad de espíritu dejándote una mala leche en el cuerpo que matarías al que tuvieras en ese momento más cerca, llámese albañil, aparejador, arquitecto, los tres juntos o por separado o llámese como quien esto lee crea que debe llamarse.

Ahora resulta que el rafe del tejado, lo que en principio parecía que iba a ser una obra de arte, y que de hecho lo es, pues no lo es tanto. Si lo miras bien y con detenimiento, ves la "cagada".

La gente que pasa por la obra y lo ve, te dicen:

- ¡Vaya rafe precioso que te están haciendo...¡

Y yo digo:

- Sí, precioso... -pero ahora, por debajo, digo:

- ¡Y una mierda¡

He hecho un montaje con un programa de retoque fotográfico dejando la foto de la fachada como REALMENTE debería quedar.

Pongo las dos fotos juntas, la que tiene el rafe mal y la del "montaje", y hay una diferencia como de lo blanco a lo negro. Y esa diferencia es la que el lunes va a ser expuesta sobre la mesa de negociaciones y va a ser la que, al final, quede puesta y expuesta en la fachada de mi casa...¡¡o yo mato a alguien¡¡

Con todo el cabreo que llevaba encima, no me ha quedado más remedio que coger la moto y marcharme a toda velocidad para enfriar los ánimos, para calmar mi ansiedad y para relajar esos nervios que estaban empezando a amenazarme con el suicidio a cabezazos contra la fachada de la casa.

He parado en una orilla de la carretera y me he metido por unos campos, andando y respirando un poco, sintiendo el tibio sol del atardecer en mi rostro y agradeciendo su calorcillo.

Ahora, y tras la vuelta, ya veo las cosas mucho mejor. La "solución" al tema está realmente fácil: hay que poner dos simples hiladas más de ladrillos. Punto final. Y, lo que es mejor: ¡¡AHORA SÍ QUE QUEDARÁ REALMENTE PRECIOSO ESE RAFE¡¡

Al volver de dar mi vuelta de relajación me ha llamado al móvil mi hija la pequeña, viene a pasar hoy y mañana a casa. La he ido a buscar con el coche a la Estación de Autobuses. La verdad es que está preciosa. Me siento orgulloso de mi hija pequeña (¡que no es "pequeña", es altísima).

Le he preguntado por la "Tata", (es así como llamamos a la hija mayor cuando hablamos con la pequeña). "Se ha quedado en casa. Esta noche tiene cena con un grupo de amigos", me ha dicho.

Bueno, pelillos a la mar, me refiero al tema del rafe. Ahora y viendo como veo la solución, fácil, por otra parte, y tras mi relajación motera, me encuentro mucho más tranquilo. El lunes lo solucionamos, o, como he dicho más arriba, "...o mato a alguien..."

Feliz fin de semana.