domingo, 20 de junio de 2010

Inteligencia perruna

Ya he dicho por aquí en alguna ocasión que tenemos en casa una perrita de raza Westy que nos "regalaron" nuestras hijas el mismísimo día de Noche Buena del pasado año 2009.

La verdad es que dan muchos problemas y que te atan mucho. Hay que estar pendientes de ellos casi las 24 horas del día: hay que alimentarlos, limpiarlos, bañarlos, vacunarlos, sacarlos VARIAS veces cada día a la calle a que hagan sus necesidades, estar pendientes de que no toquen esto o lo otro o no muerdan aquello o lo de más allá, esto último al menos mientras son cachorros, como es el caso de mi perrita, pero también te dan muchas SATISFACCIONES, muchas muestras de cariño. Me explico:

Yo, por ejemplo, cuando estoy en el ordenador, como ahora, rara es la vez que no viene mi perrita, se sienta a mi lado mirándome y, al cabo de un rato, se pone de pie apoyando sus patas en mi pierna izquierda que es la que queda siempre a su lado, lanza un pequeño gemido, como si se quejara de algo, y eso quiere decir que la coja para ponerla en mi regazo. Cuando estoy viendo la tele después de comer, lo mismo: apoya sus patitas en mis rodillas, me gime, la cojo, la pongo en mi regazo y allí se duerme y se queda tranquila hasta que yo me levanto del sillón.

Si no la cojo, entonces me ladra para llamar más la atención, como diciendo: "Este tío no me ha oido..." Si la cojo, se acurruca en mi regazo y yo, como puedo, he de seguir escribiendo. Y si no la cojo y le digo que "Ahora no puedo", se va lentamente al sitio donde tiene su "cuna", se acuesta y se queda callada un buen rato, dolorida, creo yo, por no haberle hecho caso. Sentimiento perruno, llamaría yo a esa actuación.

Para avisarte de que "¡¡me estoy meando, sácame...¡¡", se pone a mis pies, se roza contra mí, y gime, como diciendo "¡No puedo más, tío, o me sacas a mear o me lo hago aquí mismo...¡".

Si entonces le pongo el arnés y la saco, no pasa nada: lo hace en su sitio y punto final. Y si por lo que sea no la saco, deja caer unas gotas en cualquier sitio de la casa para que yo las vea y diga: "¡¡Eh...qué pasa aquí...¿te estás meando...? Venga, vamos a la calle...¡¡" Entonces la saco y me lleva casi a la carrera, tirando de la correa con todo lo pequeña que es, hasta el sitio en el que ella sabe que tiene que hacer sus cosas. Apenas llega allí, sin tiempo para recuperarse, se agacha, se abre de patitas y....¡¡¡¡Uuuuffffff...qué bien me estoy quedando...¡¡¡¡. Luego se me acerca, salta, corretea, y ya tengo la perrita lista y tranquila para unas cuantas horas...

Cuando alguien toca el timbre de la calle, la perrita se lanza contra la puerta de la casa ladrando. Sale al porche, baja las escaleras del patio y se enfrenta a quien sea junto a la puerta de verja de la calle. Si es alguien conocido, no ladra, sólo se acerca y comienza a saltar.

En fin, que podría contar muchas cosas de mi perrita pero, como imagino, todos sabemos lo inteligentes que son estos animales, el cariño que dan, y la compañía que hacen. Atan mucho, como ya he dicho, pero no me arrepiento lo más mínimo de tenerla.

Feliz semana entrante.