jueves, 13 de marzo de 2008

Ayer, de correnderas...

Ayer, estando comiendo mi señora y yo, llaman al teléfono.

Antes de descolgar ya sabía que era una de mis hijas pues en la pantalla del registro de los números de teléfonos aparecía el número del teléfono de nuestro piso de La Capital.

- ¡Papá, estoy mal...me mareo y tengo mucha fiebre...me encuentro muy mal...¡

Justo nos ha venido a mi señora y a mí acabar de coger las cosas y bajar rápidamente a la cochera, arrancar el coche y desplazarnos lo más rápidamente posible hasta La Capital, a ver a nuestra hija.

En efecto, estaba mal. Tenía fiebre. Tenía un color de muerta que tiraba de culo. Estaba realmente débil. La hemos cogido y como tenemos un hospital a cien metros de casa, andando y sujetándola por la cintura, la hemos llevado a urgencias.

Tenía unas plaquetas en la garganta como tapaderas de cacerolas.

Le ha recetado unas pastillas para la fiebre y unos antibióticos.

Saliendo del hospital y llevándola agarrada por la cintura, se me ha caído, menos mal que la sujetaba fuertemente y no ha llegado a caer, pero notaba todo su peso muerto apoyado contra mí. No le aguantaban sus piernas, Unos pasos más adelante y entre dos coches aparcados junto a la acera, ha vomitado.

Nos hemos quedado toda la tarde con ella. A última hora de la tarde se encontraba más animada, tras haberle aplicado los medicamentos recomendados por el médico que la había visitado. La mayor, cuando ha venido del trabajo, a las 7h., es cuando la pobre se ha enterado del mal de su hermana.

Mi señora se ha quedado en La Capital para cuidarla y yo me vine a última hora de la noche pues tenía cosas que hacer con respecto a la obra de nuestra nueva casa.

He llamado, a lo largo del día, varias veces. Ya está mejor pero sigue en cama. Bueno, por lo menos tengo la enorme tranquilidad de que va mejorando y de que mi señora no se va a despegar de su lado. Y eso ya es más que suficiente garantía de éxito seguro.

Yo me apaño con mis comidas y mis cenas, tan ricamente. Sin problemas.

Mi señora me ha dicho que si mañana por la tarde está bien, como cree que así será, que me llamará para que vaya a buscarla para traerla a casa. Igual me traigo ya a las dos porque creo que les dan las vacaciones de Semana Santa el mismo viernes...Ya veremos. La mayor, como trabaja, hasta el próximo miércoles no vendrá a casa.

Señor, Señor, y que siempre estamos los padres encima de los hijos...Cuando son pequeños, porque son pequeños. Cuando son "medianos", porque son medianos. Cuando son grandes o mayores, pues porque son grandes o mayores (aunque mayores somos entonces los padres). El caso es que siempre estamos pendientes de los hijos. El caso es que siempre somos los primeros en echar una mano o en dejar todo por ayudar y servir a esos hijos o hijas de nuestras entretelas, esos hijos o hijas que por muchos "problemillas" que nos den no son nada comparados con una sola satisfacción de esas que de vez en cuando nos dan y que con tanto placer y orgullo recibimos.

Me voy a leer un poco a la cama, que he llevado un día de no te menees.

¡¡Qué grande se me va a hacer hoy también la cama...¡¡¡

Y cuánto hecho de menos a mi señora, Señor...

Feliz fin de Semana.