sábado, 2 de octubre de 2010

Hoy, funeral

Hoy, tampoco toca hablar del gobierno, aunque tema sobre el mismo hay para dar, vender, regalar y aburrir.

Hoy toca hablar de un funeral. De que hoy estamos aquí y mañana estamos sabe Dios dónde. O quizás no lo sepa ni el mismo Dios. Hoy hemos enterrado a una persona muy cercana. El corazón. Por lo visto lo tenía hecho polvo y no ha aguantado más. Ayer reventó deteniendo una vida y destrozando otras. Hoy estamos aquí y mañana cruzamos la linea que separa los ojos abiertos de los ojos eternamente cerrados. La Vida es así.



Según palabras de alguien que ha estado los dos últimos días junto a la cabecera de su cama y que lo vio morir, el fallecido llegó a decir:

- A ver cuándo termina todo esto de una puta vez... -en referencia a su deseo de morir, tal era el dolor que estaba soportando. A la madrugada siguiente, su corazón se paró totalmente.

Hoy hemos visto lloros, abrazos, ojos enrojecidos, trajes negros, coronas de flores, y lo más impactante: el sonido que, en medio de un silencio sepulcral, hace la caja al ser arrastrada por varias manos dentro del nicho, allá en el pequeño cementerio.

Cuatro días son los que se viven: Dos durmiendo, uno trabajando...¿vamos a desperdiciar en tonterías el tercero? No es esa, precisamente, mi intención.

Como dijo el poeta Bécquer: "¡Qué solos se quedan los muertos..."¡

Y qué razón tenía.