jueves, 23 de diciembre de 2010

Día de lluvia y perros

Llueve. Mal día para mí. Podría decir, incluso, que bastante mal día. Simplemente.

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Los agricultores y labradores suelen decir que el agua de lluvia es oro para sus campos, pero como nunca llueve a gusto de todos, para ellos será oro pero para mí, aun gustándome la lluvia, me fastidia bastante.

Pero todo tiene solución excepto la muerte.

Y el problema es que tengo una perrita de raza westy a la que tengo que sacar, todos los días, 4 veces a la calle a que haga sus cosas. O la saco o me lo hace todo en casa. Y no estoy por la labor.

Esta mañana he abierto los ojos y ya he sentido, en el suelo de la terraza de mi dormitorio, el chapoteo del agua.

- Mal empezamos para ser jueves...-Me he dicho mirando hacia la puerta de salida a la terraza.

A las 9:30h., mi perrita no paraba de "avisarme" de que no se podía aguantar más, que hasta aquí habíamos llegado, caballero.

Me he puesto el chaquetón. He puesto la correa al pobre bicho. He cogído el paraguas y las llaves de casa y...¡¡a la aventura¡¡

Para que mi pobre perrita no se mojara, la he llevado en brazos y haciendo malabarismos con ella y con el paraguas, hasta su sitio de costumbre. Allí la he soltado y, en un plis-plas ha hecho todo lo que tenía que hacer, sacudiéndose de vez en cuando el agua que se le iba amontonando en el pelaje. La he vuelto a coger en brazos y, a todo ritmo, vuelta a casa.

Ahora ya la tengo "arreglada" hasta las dos o dos y media de la tarde. Esperemos que para ese momento no llueva. Y si llueve me tendré que "joder". Es lo que tiene el tener en casa un perro al que quieres, al que te has acostumbrado, con el que te lo pasas muy bien y te hace mucha compañía, etc, etc, etc.

Felices lluvias, digoooooooo, fiestas...felices fiestas de parte también de mi perra.

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