jueves, 13 de diciembre de 2007

Un año más...

Hoy he cumplido un año más.

Igual me da...

Quiero decir que, realmente, cada segundo que pasa en la vida de una persona se está cumpliendo un año más, por tanto, el hecho de decirlo en un día en concreto dentro de 365 días no me dice nada ni me pone realmente cachondo.

En este preciso segundo de mi vida estoy cumpliendo un año en relación al mismo segundo de hace un año...Y ahora estoy cumpliendo otro año...y ayer cumplí nuevos años...cada segundo que pasa estoy cumpliendo un año más de vida en relación al mismo momento de mi vida de hace un año, por tanto, estoy en un constante celebrar años.

Entonces, cuando algo se hace tan súmamente repetitivo, ¿dónde está la ilusión del acto, la alegria, el motivo por el que celebrar algo?

Encima y con todo, como tengo esos problemas de vesícula que cualquier día de estos se me llevan al hotel de los callaos, pues no puedo comer según qué cosas, y para celebrar, mi señora y yo, mi cumpleaños, lo único que hemos hecho ha sido darnos cuatro besos y para postre, en la comida, unos pastelitos especiales que me ha traido.

Y ya por la tarde y para seguir con el tema de la celebración cumpleañera me he ido, yo solito, con mi moto a hacerme unos 135 km., con unas temperaturas de 3 grados, ausencia total de viento y un cielo azul, limpio, sin nubes..."Feliz cumpleaños", me ha dicho mi moto cuando me ha visto entrar en mi cochera. Le he dado un cariñoso golpecito en el puño del acelerador, sonriéndole, y la he arrancado para que se fuera calentando mientras me ponía mi ropa motera.

Me han llamado algunos familiares por teléfono para felicitarme. Algún amigo, mis padres...espero que esta noche, a última hora, me llamen mis hijas...y mañana por la noche, por aquello de no poder hacerlo hoy por temas de trabajo, familiares, etc, nos iremos con una pareja de amigos a cenar por ahí, a celebrar mi cumpleaños y a tomar un par de tragos pero, eso sí, cuidando qué como y qué bebo porque luego viene San Pedro con la rebaja y me da el típico toque doloroso que hace que me acuerde hasta de los abuelos del susodicho San Pedro.

Pues eso, que un año más. ¿O debería decir un año menos?.

Si nos fijamos en que cada uno tiene su Destino marcado en esta vida y en este mundo, y si nos fijamos en que eso quiere decir que, aunque no lo sepamos, cada uno tenemos marcados nuestros años justos de vida en el Planeta Azul, realmente hoy no tengo "tantos años", hoy YA NO TENGO "tantos años" porque esos años YA los he gastado. Los que realmente TENGO son los que me quedan por vivir. Esos son los años que tengo y los que me quedan por gastar. Y eso quiere decir que cada año que cumplimos no tenemos un año más: ¡¡TENEMOS UN AÑO MENOS¡¡

¿La botella medio llena o medio vacía? Normalmente yo soy de los que la ven siempre medio llena, pero hoy, no sé por qué razón o motivo, parece que la estoy viendo medio vacía. ¿Será la edad?

Me están terminando de poner las vigas de madera en la buhardilla de mi nueva casa. Va a quedar una casa preciosa. Y la terraza porticada que me voy a hacer en la misma buhardilla, con un alero precioso bordeando toda la terraza, haciendo esquina y dando a dos calles, y con todas las vigas viéndose desde abajo, va a dar que hablar. Puede que más de uno le haga alguna que otra foto, estoy convencido.

Mientras escribo, sigo escuchando música.

Y ahora, tras acabar este escrito, me voy a leer un rato hasta la hora de cenar, tranquilamente sentado en mi sillón favorito, junto a una lámpara de pie y con mis pies, descalzos, apoyados en un pequeño taburete coronado con un pequeño cojín.

Feliz cumpleaños, me autodigo.

Feliz fin de semana.