viernes, 11 de abril de 2008

¡¡Se la comió el gato...¡¡

El 6 por la tarde ingresé en el hospital. El 7 me rajaron sin contemplaciones. El 9 por la tarde abandonaba el hospital y me iba a casa. Y hoy, día 11, me decido a escribir cuatro letras.

Todos esos problemas que tenía de vesícula, de cólicos misereres, de angustia a la hora de acostarme pensando si "me daría hoy el mangazo", de no poder ir a ningún sitio por miedo a que me diera, de no poder comer todo lo que quería ni poder beber todo lo que me pudiera apetecer...todo eso creo que se me ha acabado.

La incertidumbre de si me dará hoy o no me dará hoy, y el miedo al dolor que producían esos cólicos, me tenía con el cuerpo agarrotado. Y todo eso creo que ya puedo darlo por terminado.
Sigo con dietas desprovistas de grasa. El médico, cuando me dio el alta me dijo que, por lo menos, 4 ó 5 días, cuidadito con las grasas. Después, lo que quiera.

Esfuerzos físicos, ninguno en 15 días, a ver si van a estallar las grapas que me han puesto en las tripas y se me va a soltar todo el mondongo.

Cada día me voy encontrando mejor, me tira menos, me duele menos, me molesta menos, me encuentro más animado...¡¡y no tengo miedo a los dolores nocturnos¡¡

En el hospital lo he pasado un poco regular: el mismo día de la operación, y tras subir del quirófano después de ver cómo se me comía la vesícula un gato que vi deambulando por el mismo, tuve mareos por la tarde. Esos mareos no me abandonaron hasta el martes por la noche.
El miércoles por la mañana, de madrugada, sin que nadie me dijera nada y estando todo en silencio, salvo los tremendos ronquidos de mi compañero de habitación (¡¡¡Virgen Santísima¡¡¡), me senté en la cama y vi que no me mareaba. Eso me animó mucho: desayuné muy bien, me visitó el cirujano a eso de las 12, comí a las 13:00 y a las 14:00 me estaba marchando a mi casa, recién afeitado, recién lavado y puesto de punta en blanco, con mi señora a mi lado, señora que, por cierto, no se ha separado de mi cama en ningún momento, salvo para bajar al restaurante del hospital a comer o cenar...¡¡¡UN POTOSÍ VALE ESTA MUJER, siempre lo he dicho...¡¡¡

No obstante encontrarme así de regular, el mismo día que llegamos a casa, por la tarde, lo primero que hicimos fue entrar en la obra y ver todo lo que habían hecho en estos días los albañiles: Todas las habitaciones divididas en las dos plantas y en el ático. Y al día siguiente, ya marcamos, junto con el eléctrico, todos los puntos de luz de todas las habitaciones: tomas de corriente, tomas de televisión, de teléfono, de internet, porteros automáticos, música, intercomunicadores entre habitaciones, reguladores de calefacción y aire acondicionado, etc, etc. Y hoy, viernes, ya tenemos todo picado, todas las rozas hechas y dispuestas a recibir las mangueras de cables. Fijaos que he dicho que "ya tenemos todo picado...", como si yo también hubiera picado algo, cuando no he tocado ni un sólo martillo, ni cortafríos ni picoleta...

Y esta tarde viene el fontanero a marcar todos los puntos de tuberías, sanitarios, lavabos, grifos, bañera romana (mi mujer es así de caprichosa), tomas de agua, etc, etc...Esto ya no hay quien lo pare: ¡¡EN DOS MESES, FINITO¡¡

Y viendo lo que adelanta mi obra y viendo lo que adelanta mi recuperación sanitaria en el tema vesicular, me está entrando una alegría en el cuerpo que no veas.

Sólo me falta coger la moto y marcharme por ahí a correr un poco, pero es que no puedo: ¡¡No me deja la mujer¡¡.

Y eso que, mañana, sábado, y el domingo, día 13, tenemos una concentración motera de fin de semana a la que estaba apuntado pero de la que me tuve que borrar por el tema de la operación: todos mis amigos y conocidos disfrutando de la moto, de las rutas, de los almuerzos, comidas, cenas y cervecitas sin alcohol y yo mirándome la tripa, las grapas...y la obra a través de la ventana de la cocina de mi actual casa (creo haber dicho en alguna ocasión que la casa me la estoy haciendo a 8 metros escasos de mi actual domicilio, en un terreno que había libre y que compré).
Pero, ¡¡que tiemblen las gallinas y que se aten las alpargatas porque, cuando me recupere, me voy a poner ciego de huevos fritos con jamón...que tiemblen las gallinas...ya pueden empezar, por si acaso, a fabricar huevos a gran escala...¡¡

Gracias a todos esos amigos que se han preocupado por mi salud, por mi pronta recuperación...Ya sé que no nos conocemos, pero el simple hecho de preguntar por uno, de interesarse por uno, de estar pendiente de si está bien o no lo está...eso ya, para mi, no tiene precio.

Un fuerte abrazo a todos ellos (ellos y ellas saben quienes son), un besazo enorme y, aquí está este personajillo para todo lo que haga falta.

Hoy hace frío. Está nublado. Pero mi corazón está caliente y contento.

Feliz fin de semana.