sábado, 8 de diciembre de 2007

La tranquilidad hecha pueblo...

Esta mañana me he ido con la moto a dar una vuelta por ahí.

Algunos de los componentes de mi club, con sede en La Capital, habian quedado en venir cerca de Mi Localidad. Hacia ese punto de destino me he encaminado, pero allí no había nadie. He ido a un monasterio cercano por ver si lo estaban visitando, y tampoco. Había muchos coches de gente visitando el monumento pero motos ni una.

Ya de vuelta me he metido en un pueblo que me quedaba a la derecha de la carretera, en lo alto de un pequeño montículo.

Al llegar a la parte alta del pueblo donde se suponía que estaba la Iglesia parroquial, con su torre y unos nidos de cigüeñas que se veían junto al campanario, me he encontrado con el hecho de que el pueblo estaba en fiestas: toda la gente ataviada con trajes regionales, la plaza de la iglesia llena de gente, bueno, es un decir, porque el pueblo no tiene más de 70 habitantes y creo que estaban todos en la plaza y dentro de la iglesia.

La Guardia Civil también estaba en la plaza. Niños y niñas revoloteando por entre las pocas personas que "llenaban" la plaza.

Me he metido en la iglesia, de cuyo interior entraban y salian personas constantemente y me he encontrado con una iglesia realmente pequeña y, claro está, llena de gente. Pero llena con algunas treinta o cuarenta personas a todo tirar, algunos de los cuales iban, como he dicho antes, ataviados con sus trajes regionales y haciéndose fotos junto a una figura puesta sobre una peana y que imagino sería el santo patrón de la localidad.

Con tan pocas personas en todo el pueblo las fiestas no pueden ser muy multitudinarias. Son cien por cien participativas, eso sí, porque si en el pueblo viven 70 personas creo que estaban las 70 personas en la plaza, unos en la misma plaza hablando entre ellos formando varios corros de gentes y el resto en el interior de la Iglesia.

En esos sitios, en esos pueblos tan súmamente pequeños y tranquilos, creo que la paz, la serenidad, la apacible tranquilidad y la relajación del espíritu tienen que estar a la orden del día. Ni nervios, ni prisas, ni malos rollos, ni estrés, ni corre corre que te pillo, ni grandes distancias, ni tiempo perdido entre el ir y el venir, ni largas esperas...Todo reducido, pequeño, coqueto, íntimo, familiar, conocido...En cierto modo son sitios para envidiar. Tienen sus carencias, lógicamente, carencias del tipo médico, de servicios, de variedad, de esparcimiento y divertimento, pero uno se acostumbra a todo y a veces vale más la calidad de vida en cuanto a tranquilidad, paz, sosiego y felicidad se entiende que el hecho de tener cerca o lejos de casa miles de lugares de ocio y esparcimiento a los que acudir, pero siempre deprisa, siempre corriendo, siempre esperando, siempre invirtiendo horas y horas.

Y por las noches, el silencio total. Eso hace ya mucho que yo no lo saboreo.

Que cada cual escoja y elija el tipo de vida que más le interese. Yo creo que un lugar, no tan tranquilo como ese que he visto pero sí uno que tenga los mínimos servicios sanitarios y de esparcimiento y que a la vez reuna parte o gran parte de la tranquilidad del lugar que he visitado, sería lo ideal.

Mi Localidad es algo parecido a ésto último que he esbozado: aquí tenemos de todo pero a la vez estamos muy tranquilos realmente. Las distancias son todas cortas, de hecho, de punta a punta de Mi localidad, andando, no creo que haya que invertir más de veinticinco o treinta minutos.

Y tenemos de todo: hospitales, bares, servicios de todo tipo, polígonos industriales, polideportivos, pistas de atletismo...y por la calle se puede andar sin prisas, sin empujones, sin aglomeraciones...y por la noche, no un silencio sepulcral como el que creo que deben de tener en el pequeño pueblo visitado, pero sí bastante callado: apenas el ruido de algún coche pasando por debajo de mi ventana pero, muy de tiempo en tiempo. Y eso es calidad de vida. Y esa calidad de vida, me encanta. Y esa calidad de vida me gusta. Y esa calidad de vida es la que te hace hinchar el pecho al respirar mirando al cielo azul o mirando hacia el exterior donde se adivinan y se ven los campos, el mundo abierto, la tierra de labor, los árboles de todo tipo, los campos cultivados, las aves sobrevolando de un árbol a otro...

Por eso sigo aquí. Porque me gusta y porque aquí soy feliz.

Feliz fin de semana.