viernes, 18 de enero de 2008

Ya se ha ido...

Hace unos días comenté por aquí que un buen amigo mio estaba a las puertas de la muerte, que había sido ingresado en el hospital y que le habían dado un mes de vida, y que la próxima vez que saliera de allí sería con los pies por delante...¡¡Pues ayer salió con los pies por delante y esta mañana he tenido que ir, junto con mi señora, a La Capital a toda leche para poder asistir a su funeral y poder despedirme de él y verlo por última vez¡¡

Tanto su esposa, como su hija, amiga íntima de mi hija la mayor, en cuanto nos han visto entrar en el tanatorio se nos han abrazado arrasadas en lágrimas. Yo no me he podido contener. Ya no pude hacerlo ayer por la noche cuando me llamó mi hija la mayor para comunicarme la noticia. Me quedé bloqueado con el teléfono al oido. Ahogado. Fue superior a mis fuerzas.

Y esta mañana, delante de su féretro, contemplando el rostro amarillento de mi pobre amigo a través del cristal del cuarto donde estaba expuesto, me he acabado de destrozar.

Los amigos moteros del club al que él pertenecía le han enviado una corona con un recordatorio motero.

Ahora será allá arriba, por encima del azul del cielo, por donde correrás con tu moto, sin problemas de frio o calor, sin problemas de viento, sin problemas de niebla, nieve o agua...allí, amigo mio, todos los días brilla el sol. Ahora no podrás poner esas excusas que en alguna ocasión me ponías:

- ¡Es que hace un frio que pela...¡

Ahora ya no tienes excusas, amigo mio. Ahora sé que correrás libre y feliz, despacio y sonriente, con esa sonrisa ancha y sincera por debajo de tu bigote, con tu bozarrón noble y fuerte, con tu moto color azul, igual que el azul de ese cielo desde el que ahora nos contemplas.

Un fuerte abrazo.