domingo, 27 de enero de 2008

¡Qué ganas tenía...¡


Ya tenía ganas, Señor, ya tenía ganas de salir con la cuadrilla, con los amigos, de hacer unos cuantos kilómetros y de volver a saludar a los viejos amigos de siempre, de otras concentraciones, de otros encuentros...Esos momentos no los cambio por nada del mundo.

Tras la reunión, los almuerzos, las buenas charradas, los buenos recuerdos, los cafés, etc. y tras despedirnos de los viejos amigos emplazándonos para la siguiente concentración, el grupo en el que yo iba nos hemos vuelto a casa por otro sitio, para hacer algunos kilómetros de más.

La verdad es que del grupo de seis que íbamos, tres se han ido a toda velocidad, habiendo quedado, préviamente, en un bar de Nuestra Localidad para tomar un aperitivo antes de irnos cada uno a su casa.

Yo los he seguido y acompañado a ese endiablado ritmo durante unos kilómetros, pero me he parado y me he quedado a esperar a los otros dos porque uno de ellos se acaba de sacar el carnet de moto hace cuatro días, y hace que tiene moto, tres, y, en esas condiciones y habiéndole invitado yo a la concentración, lo que no podía hacer era dejarlo solo y marcharme con los otros a toda velocidad.

Le he ido acompañando hasta el sitio de reunión en el que habíamos quedado, siempre delante de él y controlando su velocidad (80 - 90 km/h.). Lo único que yo hacía era, de vez en cuando, pegar un ligero acelerón y adelantarme un par de kilómetros a buen ritmo para volver a bajar y volver a esperarlo.

De esa guisa hemos llegado los tres al punto de encuentro donde ya nos esperaban, hacía rato, los otros tres compañeros.

Le ha gustado a mi amigo la concentración, el ambiente, el amasijo de motos de mil y una formas, de mil y un colores...el ambiente y la camaraderia que se veía, el buen rollo, los saludos, los abrazos, las risas...La siguiente la tenemos dentro de dos semanas y ha dicho que viene, que sí, que le avise o que le llame, que viene...¡¡Bien, eso está bien¡¡.

Lo único que voy a tener que ir, otra vez, a paso lento...bueno, ya irá cogiendo soltura y seguridad. Imagino que poco a poco irá acelerando un poquito más. No hay que pasarse de velocidad pero tampoco hay que ir con el freno echado y el ancla arrastrándola por el asfalto...Todo en su justa medida. En el centro de la balanza está el justo equilibrio.

Feliz Semana.