lunes, 10 de diciembre de 2007

Quien evita la ocasión...

...evita el peligro.

Y digo esto a raíz de la noticia aparecida en la prensa de un doble tiroteo en dos centros religiosos de EEUU con un saldo de dos personas muertas, asesinadas.

El país de la Estatua de la Libertad dicen que es el más liberal o libre del mundo, el más demócrata, el que ofrece mayor cantidad y posibilidades de que cada uno haga y diga lo que quiera. Yo lo pongo bastante en duda. Pero para gustos, los colores.

No obstante, algunas de sus "libertades" son las que originan y causan crímenes, asesinatos y problemas a la sociedad como el que comentamos aquí de los tiroteos en centros religiosos o, como en otras ocasiones, escuelas, universidades, grandes centros comerciales, etc, etc.

La libertad hay que saber administrarla muy bien porque corremos el riesgo de transformala en libertinaje.

Y si damos la libertad de que cada uno se compre un fusíl ametrallador, un lanzagranadas, una pistola 9 m.m., un rifle con mira telescópica y mil tipos de armas más, corremos el riesgo, como estamos viendo, de que esas armas las compre un desequilibrado, un loco, un visionario, un demente, un iluminado, un terrorista, un asesino en serie o múltiple y acabemos todos como estamos viendo que se acaba, es decir, con varias personas asesinadas y con sus cuerpos ensangrentados y tirados por el suelo de cualquier sitio. Y la vida de una sola persona vale mucho más que nuestro derecho a comprar un rifle con mira telescópica.

Si evitamos la ocasión evitaremos el peligro. Prohibamos la venta libre de armas y evitaremos, por lo menos en un porcentaje muy alto, situaciones de este tipo.

Siempre habrá un iluminado que, aun con la prohibición de la venta de armas, conseguirá por cualquier método un rifle con mira telescópica y acabará haciendo lo que acaban haciendo estos últimos asesinos demenciales y desequilibrados, pero por lo menos, no les pondremos tan a la mano, tan a punto y tan súmamente fácil la posibilidad de adquirir un arma que, en sus manos, acaba haciendo lo que acaba haciendo, es decir, asesinar a personas inocentes destrozando, de ese modo, vidas y familias enteras.

La libertad está muy bien, pero un exceso de libertad puede llevar a situaciones de este tipo. La libertad de mi vecino acaba donde empieza la mia, y la mia acaba donde empieza la del vecino. Ni que me guste ni que no, hay terrenos en los que yo no puedo entrar, y ese mismo pensamiento se lo tiene que aplicar mi vecino.

Pero esas ideas las puede entender una persona de las llamadas normales, pero no creo que las entienda ni que las acepte una persona desequilibrada, loca, demente, visionaria, iluminada...esa persona actuará según sus visiones, según sus propios intereses o apetencias, sin preguntar, sin pensar y sin saber si hace bien o mal. Símplemente siguiendo su instinto animal, y esos instintos animales llevan a situaciones totalmente imprevisibles como estamos viendo últimamente con demasiada frecuencia con estos asesinos de gente en centros universitarios, escuelas, centros comerciales o, como ayer, centros religiosos.

Y yo, hoy por la mañana, sigo escuchando música clásica, en este momento y concretamente, la "Rhapsody in Blue", de George Gershwin.

Feliz semana.