viernes, 4 de abril de 2008

Ya falta menos...

Ya queda menos para mi faena torerilla del próximo lunes frente a las tijeras y la navaja albaceteña del cirujano que me toque en "suerte".

Esta mañana, a las 8 y algo, ya estábamos mi señora y un servidor en el Hospital para hacerme las pruebas previas a la operación, vamos, lo que vulgarmente ellos, y yo, llamamos "las pruebas del preoperatorio".

Que si vaya usted a esa sala para que le hagan tal y cual análisis de sangre.

Que si ahora suba a tal planta para que le hagan un electrocardiograma.

Que si ahora espérese un momento que ahora le avisarán las señoritas de radiología...

Que si ya me llaman las de radiología...

Que si quítese usted la camisa y póngase ahí...no respire...vale, puede marcharse...¡¡joer, qué aburrimiento...¡¡

Bueno, pues eso, que ya tengo todo hecho y preparado. Falta llamar al "afilador" para que vaya afilando las navajas traperas albaceteñas para cortar sin demasiado desgarro. En fin, Serafin.

Por la tarde hemos estado con el albañil que nos está haciendo la casa marcando las líneas por donde queremos que vayan los distintos tabiques de habitaciones, baños, salones, etc, etc, etc...¡¡desde las 4 de la tarde hasta las 7, que se dice pronto¡¡

En esa "operación", quien ha llevado la voz cantante, cosa que agradezco, ha sido mi señora:

- Esta habitación, por aquí...Esta pared de este baño más aquí...¿no queda un poco pequeña esa habitación...?

- ¡Pero cómo va a quedar "pequeña" esa habitación si tiene 15 metros cuadrados...hija de mi vida...¡

- No sé, yo la veo pequeña...

El albañil sonreía y le "demostraba" que no era pequeña, que estaba más que bien.

Bueno, pues tras marcar toda la planta segunda -la primera la marcamos ayer- nos hemos vuelto a casa: yo a contar mis "vivencias", mi señora se ha subido a su estudio a pintar un cuadro con el que lleva unos días dándole caña.

Y ahora, tras enviar este post, me voy a preparar la cena hasta que baje de su estudio mi dulce y querida señora.

Feliz fin de semana.

P.D.: Gracias a todos los blogeros que se han acordado de mí y de mi operación y me han mandado sus ánimos.

Y que quede claro que no estoy triste ni preocupado por la misma: ¡¡Me encanta ser irónico¡¡. Un beso a tod@s.