domingo, 13 de junio de 2010

¡¡ Toi cabreao...¡¡


En el hospital y en el momento de darme el alta el médico, como ya sabía de mi "afición" por las dos ruedas, verbigracia, la moto, me dijo abriendo mucho los ojos y bajando la mirada hacia la cama en la que me encontraba acostado:

- ¡Eh...la moto, ni tocarla...tres semanas por lo menos...¡

- ¡¡¡¿Tres semanas?¡¡¡

- Tres.

Silencio.

- Me has oído, ¿no? ¡Tres¡

- Ya, ya...

Pues esta mañana tocaba salida, como todos los domingos. Me imagino que a estas horas estarán esos triperos comiendo y disfrutando de la carretera, y además digo esto con total seguridad de que así es:

Me he levantado a las 8:30 y me he dispuesto a sacar a mi perra para hacer sus perentorias necesidades en un descampado que tenemos a 100 metros de casa y que es el "cagadero" oficial y autorizado de todos los perros de los alrededores, que no son pocos.

Al volver y teniendo en la esquina de la calle de arriba el bar en el que nos juntamos los domingos para salir, ya he visto en la puerta aparcadas dos motos. Aún era pronto, imagino que en el intérvalo de un cuarto de hora irían llegando los demás. ¡¡Y yo volviendo con la perra a mi casa después de haber hecho todas sus necesidades...¡¡ A punto he estado de soltar la perra, meterme en casa a toda prisa, cambiarme de ropa, coger la moto y marchar a...bueno, que ya puede verse que no me he ido. Son las 9:45h, mis amigos aún puede que estén en ruta y sobre las 10:00 comenzarán a almorzar. Y luego la vuelta a casa, disfrutando de la carretera.

Santos sacrificios que tiene que hacer uno para conservar la poca salud que nos queda...

Me queda un consuelo -y ahora hablando y pensando maliciosamente y en plan mala leche-, y es que el cielo se está poniendo más negro que el futuro del sastre de Tarzán, y que, casi con total seguridad, les va a caer una buena tromba de agua a esos IMPRESENTABLES que han tenído la DESFACHATEZ de marcharse sin mí.

A un amigo no se le hace esto. Deberían de haber venido a casa con las motos, aparcarlas en la puerta y, desde el mismo sitio, cantarme canciones de cuna para adormecerme, todos juntos, cogidos de las manos, balanceando los cuerpos de derecha a izquierda, alegrándose por mi pronta recuperación, uniéndose a mi desgracia y haciéndose eco de mi imposibilidad de salir con la moto no saliendo también ellos.

Pero, no, ¡hala, a disfrutar, y al amigo que lo zurzan¡

A ver si llueve.

Bueno, que no llueva, que disfruten por ellos y por mí, que hagan muchas fotos y yo que las vea, que ya vendrán tiempos mejores. Saludo en "V", amigos, que todo esto ya sabéis que era una broma. Disfrutad.

Feliz semana entrante.