martes, 7 de diciembre de 2010

Nueva salida en moto

Esta mañana ha amanecido nublado. Nada de frío: 14 grados en el porche de mi casa a las 10:00 de la mañana.

En esas condiciones me he dicho:

- ¿Qué tal si nos hacemos una pequeña salida con la burra para quitarle un poco la cascarilla al tubo de escape?

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Un alto en el camino

Y tal y como me lo he preguntado, así me he respondido y así he actuado: una hora más tarde y tras hacer unas gestiones para el tema de la cosecha de olivas de este año, he cogido la moto y, ¡¡zas¡¡, me he largado por ahí a dar una vuelta, no demasiado grande pero sí lo suficiente como para, como he dicho más arriba, quitarle la cascarilla al tubo de escape.

Al llegar me he encontrado, cerca de casa, con un amigo de la cuadrilla motera.

- ¿Te has enterado? -me ha dicho el amigo-

- No. ¿De qué me tengo que enterar?

- El Fulano, que lo entierran hoy por la mañana.

- ¿El Fulano?. Pero si ese señor debe de tener unos cuarenta y pocos años...¿Qué le ha pasado?

- 45. Algo de la cabeza. Se ve que ya le dio hace un par de años algo y ahora pues...lo ha rematado.

- Joer, tío. Está visto que para morirse uno sólo hace falta estar vivo.

- Sí...

Sólo hace falta estar vivo para morirse uno. Eso está más claro que el agua. Conclusión: comamos y bebamos, hermanos, comamos y bebamos, y cuando podamos, démonos una vuelta con la burra.