sábado, 11 de diciembre de 2010

Sueño o realidad



Esta mañana me he despertado totalmente sobresaltado.

Eran las ocho de la mañana y, a través del balcón de mi dormitorio ya empezaba a entrar la claridad del día, iluminando suavemente mi habitación.

El motivo del sobresalto ha sido que, de pronto y a través de mis ojos cerrados, he visto con total claridad y nitidez a una señora joven sentada en el borde de mi cama, mirándome.

La he visto tan claramente como veo ahora el teclado de mi ordenador, tan claramente como pueda verse a un interlocutor durante una conversación de amigos, tan claramente que me ha saltado el corazón dentro del pecho, haciéndome incorporar en la cama echándome hacia atrás.

Apenas he abierto los ojos, como platos, y mientras estaba recostado contra el cabecero de la cama, la imagen ha desaparecido.

He mirado en todas direcciones de la habitación tratando de localizar a esa persona, el corazón todavía agitado y totalmente acelerado, pero no he visto nada. Estaba solo. Ni un sonido. Ni un movimiento alrededor. Nadie tangible. Nadie real. No había nadie en la habitación...

O sí...