Mañana, miércoles, día 9 de Junio, me operan, me abren en canal, me sacan el corazón, las tripas (o los mondongos), y van a procurar dejarme bien "de lo mío". Eso espero.
No es nada importante. Una hora de operación y que vaya bajando el siguiente que estamos acabando de "reafilar" las navajas albaceteñas y las tijeras de podar.
Mis hijas, por la tarde, pasarán a verme al hospital. ¡¡Voy a tener yo el cuerpo para muchos bailes¡¡ Pero esas visitas se agradecen, y más viniendo de quien vienen. Vendrán mis dos hijas y el novio de la pequeña, luego se volverán a casa y se quedarán los tres con nosotros hasta el domingo que viene.
Si la cosa va bien, que espero que sí, pasado mañana al mediodía o a primera hora de la tarde, de regreso a casa, por eso digo que no creo que llegue demasiada sangre al río. Y si llega, así tendremos dos ríos teñidos de rojo: El Guadalete y el que pasa por aquí cerca.
Ya sé que no es de valientes; ya sé que es una tontería...pero estoy nervioso. Mi señora me lo ha "detectado" hace un rato:
- ¿Qué te pasa, cariño?
- ¿A mí? Nada...
- ¡Ya...estás nervioso¡
Esta mujer mía parece bruja, joer, no se le escapa ni una...¡¡Como para engañarla con otra...¡¡
Nos vemos dentro de dos días y con las tripas cosidas con alambre.
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