lunes, 5 de julio de 2010

Primera salida motera

Ayer, domingo día 4 de Julio, hice mi primera salida motera con los amigos después de la operación quirúrgica a la que fuí sometido el pasado día 9 de Junio.

Cási un mes sin sentir la fuerza de los caballos debajo del culo...¡Ya era hora¡


A las 9 de la mañana me presenté en el bar donde solemos quedar los amigos para hacer nuestras salidas domingueras. Había 5 esperando. Uno se tenía que marchar a trabajar y no podía venir. Me recibieron con gritos de "Aleluya", "¡Ya era hora, tío¡" y "Sabrás ir en moto, ¿no? La primera, siempre hacia abajo, recuérdalo..."

Nos tomamos unos cafés y cortados y...¡¡rrrruuuummmmmm...arreando a almorzar a un pueblecito pequeño distante de casa como unos 70 km.¡¡

Qué sensaciones más bonitas, señores; qué alegria al recibir el viento en plena cara, en el pecho, en el cuerpo...qué sensación más agradable al inclinar la moto en las curvas y ver, por el espejo retrovisor, a los compañeros tumbando y siguiendo tu estela...qué disfrute más espectacular.

¿Y el día? Pues el día, magnífico: Sol a raudales, calorcita, ausencia total de viento, asfalto totalmente liso e impecable...

Llegamos al pueblo, aparcamos junto a la puerta del bar, en un anchurón que había allí mismo, entramos, saludamos, nos prepararon dos mesas juntas, pedimos y...comenzamos a hablar de lo nuestro, a comentar cosas, proyectos futuros de viajes a la playa a comernos alguna paella; nos hicimos fotos, unas cuantas, todos comiendo a dos carrillos: platos de conserva, huevos fritos, vino con gaseosa, cafés, carajillos...Breve paseo por el pueblo -había un pequeño mercadillo en la plaza de la iglesia-, más fotos, y vuelta, de nuevo, por otro camino distinto al de la ida, a nuestra localidad, al bar del principio, donde hemos dado buena cuenta de unas cuantas jarritas de cerveza medio helada y de unos buenos pinchos de lomo y olivas picantes.

Tras la típica foto de grupo que siempre nos hacemos en el bar, nos hemos despedido hasta el domingo que viene para dar buena cuenta de la siguiente salida, siguiente disfrute, siguiente placer sobre dos ruedas.

Han pasado escasamente unas pocas horas y ya estoy echando en falta la próxima salida. Realmente disfruto y soy feliz haciendo estas salidas. A algunos os parecerá que es una tontería, pero disfrutamos de lo lindo con la compañía de los amigos, el rodar sobre el asfalto por esas carreteras de Dios a velocidades más o menos suaves -siempre hay algún pequeño "acelerón"-, y saboreando esos almuerzos animados y alegres con los amigos en la "intimidad" de esos pequeños bares de carretera o de pueblos pequeños en los que casi siempre estamos medio solos o con muy poca gente; bares en los que, en algunos de ellos, no hay ni aun letrero en la puerta del mismo.

Por lo demás, en casa todo sigue igual de bien: mis hijas fuera, trabajando, y nosotros en casa, con nuestra vida más o menos "normal" y con las salidas a la calle cada cuatro o cinco horas a sacar a "hacer sus cosas" a nuestra perrita.

La vida sigue. Y eso es lo que hace falta: ¡que siga...¡ Todo lo demás, nos sobra.

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