Me gustan las películas del Oeste. Las buenas, y las malas. Las que he visto varias veces y las que no he visto nunca. Las de amargo recuerdo y las de grato recuerdo. Todas...
En la tele, todas las tardes, echan dos o tres. No digo que me las vea todas porque no sería cierto. Incluso hay veces que, según de qué película se trata, no llego a ver ninguna. Trozos sueltos mientras cambio de canal aquí y allí.
Ahora, por ejemplo, estoy sintiendo los tiros y los gritos de una de las películas que están pasando por una de las cadenas. Y yo aquí, en el ordenador. Esa película ya la he visto un par de veces, por lo menos. De vez en cuando, me levanto y me voy a la tele diez minutos, a ver algunas escenas...y luego vuelvo aquí.
Pero me gustan. Eso es lo que quiero dejar claro: Ese tipo de películas, me gustan, y sobre todo si veo alguna de las buenas o si vuelvo a visionar alguna de las llamadas de "grato recuerdo", que las hay.
Por unos minutos, 90, aproximadamente, te evades de la realidad que nos rodea. Te vas a correr a caballo por esas praderas desérticas y abiertas, limpias de vegetación. Por unos minutos corres y te encorren, disparas y te disparan, golpeas y te golpean...
Por unos minutos abandonamos la mierda de la política que nos rodea y salimos a campo abierto, abrimos puertas y ventanas y dejamos que el aire limpio oxigene la basura politicastra que nos rodea.
Aunque sólo sea durante 90 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario